Hace poco sentí que la tensión mermaba mi espalda mientras se rebosaba la cúspide de mi paciencia ante una situación imprevista muy desagradable a nivel familiar en la que un ser muy querido sufrió politraumatismos tras una caída aparatosa. En esos momentos terribles parecía que el sol se había apagado en el cielo, dejando en sombras mi comprensión sobre lo que había pasado. Fue entonces cuando un ser amado, puso en mis manos un libro maravilloso sobre resiliencia, una herramienta que permite adquirir fortalezas, luego de perseverar y recuperarse de situaciones devastadoras ó tropiezos cotidianos, al activar la esperanza y el ímpetu suficiente para comenzar de cero y obtener un aprendizaje beneficioso de lo ocurrido. Comencé a leer el libro con empeño, mientras pensaba sobre la acción fabulosa de la sincronía del Universo al haberme brindado su apoyo a través de la resiliencia en el momento preciso. Desde entonces he puesto en práctica la resiliencia en cada tropiezo cotidiano y en la forma como sobrellevar la convalecencia de mi ser querido con aplomo.
En épocas de crisis, esta herramienta de la psicología aplicada constituye un aliciente para el alma, al reactivar el entusiasmo y conectar de nuevo al resiliente con la alegría de vivir, luego de experimentar situaciones dolorosas, traumáticas y/o estresantes. Esto permite llevar adelante nuestra cotidianidad con amor y la mayor disposición para resolver los problemas que se presenten con éxito en el futuro.