Los ángeles son mensajeros celestiales, cuya misión en la Tierra es la de servir a la humanidad y de guiarla por el buen camino, lo cual se le atribuye a los ángeles guardianes, según lo relata la Biblia. La palabra ángel proviene del griego “angelos” que a su vez es traducción bíblica del hebreo “malakh” que significa “mensajero divino”. Tanto el Libro de Zacarías como el de Revelaciones nos dicen que los ángeles elevan su número a “millares de millares”, es decir, millones de millones. Otros libros como el Korán, también los describe, aunque el concepto de los ángeles data de mayor antigüedad y tanto los asirios como los persas y los babilonios los definían como criaturas aladas cuya labor es la de iluminar, proteger y ayudar al ser humano en su evolución espiritual.
La jerarquía angelical permite organizar a los ángeles en coros y órdenes conocidas como las Huestes Celestiales. De acuerdo a escritos antiguos que aparecieron en Europa en el Siglo VII existen tres órdenes angelicales, cada una compuesta de tres coros, haciendo nueve coros en total. En el Primer Orden encontramos tres coros (Serafines, Querubines y Tronos) que controlan el orden del Universo y la manifestación de la Voluntad Divina; la Segunda Orden comprende tres coros (Dominaciones, Virtudes, Poderes) que representan el Poder de Dios y están a cargo de dirigir los planetas, especialmente la Tierra; la Tercera Orden con sus tres coros (Príncipes, Arcángeles y Ángeles) son los que protegen y guían a la humanidad, siendo intermediarios en elevar nuestras plegarias al Creador.
Nuestros queridos amigos celestiales, los ángeles, nos rodean y pueden transmitirnos sus mensajes de manera imperceptible a través de sonidos cotidianos, tales como el sonajero movido por la brisa, la música tipo balada, a través de una vocecilla interior, un aroma dulce o un sueño. Comparto con ustedes una oración que canalicé para este artículo dedicado a nuestro Ángel de la Guarda para que ores con el corazón abierto: Ángel de mi guarda, invoco tu amada presencia ante mí, con el permiso del Creador del Universo, para pedirte asistencia en esta situación (mencionar de forma resumida y concreta tu petición), envuélvela en la luz de Dios, acompáñame y protégeme en todo momento, guíame por el camino a seguir para que se dé el mejor resultado posible desde el Amor Divino, generador de milagros en todas sus obras, que así sea.