La resiliencia se define como la transformación positiva de la adversidad. La ingeniería adoptó el término como la “capacidad que tiene un material para recobrar su forma original después de sufrir una gran presión” ¿Te suena conocido? ¿Cuantas veces nos hemos visto sometidos a una gran presión en el ámbito laboral o familiar? ¿Cómo has logrado salir airoso(a) de este tipo de presiones? A todas tus respuestas se le suma el desconcierto propio de la cuarentena y un nuevo modo de vida que se vislumbra una vez que todo pase.
Existen 10 pasos para lograr ser resiliente. En esta entrega, conoce los 5 primeros pasos de este decálogo:
- Levántate: cuantas veces sea necesario y recomienza tu camino con entusiasmo y paso seguro. El término resiliencia viene del latín “resilio que significa: “saltar hacia arriba”. Al doblar la esquina de cada adversidad, es posible que una oportunidad te esté esperando. Empodérate como el ser de luz que eres para iluminar el momento, reconocer la oportunidad que nos brindan los momentos de crisis y seguir adelante.
- Recuerda los momentos hermosos que has vivido hasta ahora para elevar tu vibración y olvida los adversos sin perder de vista enseñanza que te dejaron. Es tiempo de “soltar” experiencias ingratas para evitar repetirlas una y otra vez. Reflexionar sobre lo vivido, reinterpretando los hechos ingratos para sacarlos de circulación en nuestra memoria y renovar nuestros pensamientos, enfocándonos en lo que nos hace sentir feliz.
- Confía: Comienza confiando más en ti, creyendo en tus propias capacidades y en la de otros. Suelta el control, valora, respeta, conserva relaciones significativas y acepta los cambios.
- Aprende: a ser optimista y cultiva la esperanza día a día. Toma conciencia de lo que sientes y piensas, recuerda que creamos el mundo que somos. Comienza a visualizar el futuro que quieres, buscando lo bueno en todo y actúa, dando un paso a la vez.
- Recréate: fluye con la vida, activa tu niño interno, disfruta de un sano esparcimiento, saborea aquello que tanto te gustaba en otro tiempo, ponte en movimiento, contempla los entornos naturales que te rodean, sonríe más y quéjate menos.